Este virus aparece habitualmente en épocas de posvacacionales y prevacacionales, es decir, en cualquier momento. Viene acompañado de síntomas como descoordinación, estrés, muy mala leche y ansiedad por leer el marca.
Aunque quizás este mal no tenga cura para muchos, sí que podemos someterlo a tratamiento. Lo primero, leamos un poco, como nos recomienda nuestro compañero Ángel:
Este cuentecillo me recuerda a algo que dice algunas veces mi socio Jesús: "si tienes 9 días para cortar un árbol, pasa 7 días afilando el hacha".Suponga el lector que se encuentra con alguien que trabaja febrilmente en el bosque, cortando un árbol con una sierra.
El séptimo hábito consiste en tomar tiempo para afilar la sierra. Engloba a todos los otros hábitos del modelo de los siete hábitos porque es el que los hace posibles.
—¿Qué está usted haciendo? —le pregunta.
—¿No lo ve? —responde él con impaciencia—. Estoy cortando este árbol.
—¡Se le ve exhausto! —exclama usted—. ¿Cuánto tiempo hace que trabaja?
—Más de cinco horas, y estoy molido. Esto no es sencillo.
—¿Por qué no hace una pausa durante unos minutos y afila la sierra? —pregunta usted—. Estoy seguro de que cortaría mucho más rápido.
—No tengo tiempo para afilar la sierra —dice el hombre enfáticamente— Estoy demasiado ocupado aserrando.
Bien. Ahora, una vez que hemos comprendido, con ayuda de esta fábula fabulosa, que lo primero que hay que hacer es pararse a pensar, vamos a ver al menos uno de esos tratamientos estupendos:
En el mundo del software hay una metodología de gestión de proyectos que viene como anillo al dedo en cuestiones de gestió de tiempo: me refiero a la metodología SCRUM.
Esta metodología tiene por una de sus características el hecho de marcar hitos cortos en los cuales comprobar el "estado de las cosas". Como en la mayoría de las metodologías (partimos del hecho de que todo aquel que no tiene tiempo no tiene metodología y viceversa) se realiza una planificación previa con los compañeros, se marca una fecha de revisión y diariamente (esto es SCRUM) va uno corrigiendo el rumbo según la desviación que esté teniendo en la resolución de las tareas.
Adaptemos esta idea (esto ya no es SCRUM) a nuestro estimado virus. Para sobrellevarlo estimemos las tareas que tenemos que hacer, listémoslas en algún sitio: me valen folios en blanco, bloc de notas (digital o físico), herramienta de gestión de tareas... lo que sea. Y marcamos un hito cercano donde chequear el estado de las cosas. Yo aconsejo una semanita. Debemos comprometernos a TERMINAR todas esas tareas para ese hito y diariamente corregir el rumbo en función de lo que esté o no terminado. Corregir el rumbo significará poner un poco más de esfuerzo y, sobre todo, aprender qué trabajo real necesitan los retos que nos proponemos.
Lo importante aquí es que al planificar nuestro trabajo y comprometernos en una fecha de entrega, nos vamos a obligar a realizar los trabajos que tenemos pendientes y a no perdernos entre un millón de tareas de forma que no sepamos por dónde empezar... y acabemos abriendo el marca, yendo a por café o lo que es peor... haciendo nada.
En mi corto pero intenso periplo viendo como funcionan muchas empresas he visto como este mal está bastante extendido y es difícil de detectar desde dentro. Nosotros aconsejamos al menos intentar gestionar el tiempo de alguna forma, aunque sea empezando con una hoja de cálculo ( si, iba a poner excel y lo he corregido :$ ).
Para soluciones más profesionales dos apuntes de código abierto: dotProject y JIRA. Si quieres que te echemos una manilla no dudes en contactar con nosotros !!

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