Un miércoles, hace exactamente un año – hoy 24 de febrero-, comenzó un enorme reto para mi.
Yo estaba asustada. Empezaba una beca en una empresa dedicada al desarrollo software, según me habían comentado. Tenía mucho miedo de no estar a la altura, de que mis conocimientos, que por mi trayectoria académica son más amplios en otras áreas del saber, fueran escasos e irrisorios ante los de un equipo de brillantes ingenieros. Tenía miedo, pero también tenía todo el empeño, las ganas y las fuerzas para dar un vuelco a mi vida y virar mi trayectoria profesional hacía un sector con muchísima más salida.
En Yerbabuena Software, hicieron un voto de confianza conmigo, y me pusieron a trabajar codo a codo con los demás técnicos aunque mi experiencia era escasa, y aunque mis estudios lejos estaban del campo informático, sino más bien en el campo de las ciencias sociales y económicas.
He de decir, que mi miedo se confirmó, mis conocimientos no estaban a la altura; pero eso era parte de estar ahí: Mis conocimientos nunca van a estar a la altura.
Ese es el espíritu de los Yerbabuenos, saber que todos los días hay algo nuevo que aprender, que los retos vienen conforme el sol aparece en el horizonte y que , sobretodo en este sector, nunca acabas de aprender algo cuando ya tienes que empezar a enterarte de otra cosa nueva.
Hoy sé más que ayer, o soy más capaz, pero hoy sé, también, que estar al lado de este equipo humano, - y ya no sólo de los técnicos, porque tenemos calidad profesional y humana en todos nuestros departamentos- me obliga a mirar hacía adelante y no ver nunca horizonte finito.
De una año para acá, se han ido algunos compañeros, gente que me exigió, que me enseñó, y que han continuado su camino. También, después de mi, han llegado otros, a los que miro y no puedo decirme más que: Qué suerte tiene Yerbabuena, qué suerte tengo!; porque gracias a ellos, levantarme e ir a trabajar no es un sacrificio, es una bendición.
Gracias compañeros por este año y espero seguir teniéndolos a todos muy cerca, y más alto, porque sé que este camino que emprendimos juntos sólo puede ser de ascenso.

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