Ahora que estamos
durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (aún
quedan los juegos Paralímpicos), vuelven a mi mente algunas de las
ideas que he tenido siempre sobre las empresas, o mejor dicho, sobre
los equipos de trabajo.
Normalmente los
presupuestos corporativos no suelen dedicar una parte significativa a
actividades de team building, mucho menos en periodos de crisis como
el que estamos afrontando en los últimos años, siendo mucho más
frecuente el recorte de gastos de personal o la reducción de gastos
superfluos, entre los que se suelen incluir éstos.
Teniendo en
cuenta experiencias laborales anteriores, creo que la fuerza de una
empresa para remontar la corriente depende directamente de la fuerza
del equipo que forman sus trabajadores.
Cuando el
ambiente de trabajo no es el ideal debido a situaciones externas a la
propia empresa, por ejemplo proyectos no atractivos, clientes
difíciles, crisis de mercado, etc., para el individuo no tiene
sentido hacer un sobre-esfuerzo en un ambiente muy lejos de ser
estimulante. En cambio, cuando existe una cultura real de equipo la
reacción ante un imprevisto generada desde el grupo es de otra
magnitud y de otro carácter significativamente distinto y positivo,
y el hecho de afrontar los inconvenientes se convierte en una
cuestión de grupo en lugar de un problema individual.
Pero no sólo es
importante para la propia empresa la reacción del grupo frente al
problema, sino también cómo es percibida esa reacción desde fuera,
por ejemplo desde el cliente o incluso por los medios de prensa del
sector.
Se me ocurre un
ejemplo bastante adecuado al caso:
¿Os imagináis
este mismo video realizado por un solo jugador de Nueva Zelanda? No
tiene gracia, ¿verdad?
La fuerza que
transmite esa danza tribal es, precisamente, porque viene del grupo
(originariamente la tribu), de todo el equipo. El mensaje no es
"Somos 15 jugadores que hemos venido aquí a jugar y tendréis
que ganar a éste o a aquel". No, yo creo que el mensaje es más
bien: "Miradnos bailar, miradnos cantar, somos un solo cuerpo y
una sola voz... Somos uno solo, si queréis vencernos tendréis que
vencernos a todos a la vez. Mirad esto e imaginaos lo que somos
capaces de hacer con un balón de rugby en la manos".
Me da la
impresión que, salvando las distancias con el rugby, las dinámicas
que se crean dentro de un equipo de trabajo son, al igual que en el
vídeo, las que demuestran la fuerza (o debilidad) del grupo.
De igual manera,
un cliente o un competitor que perciba alguna muestra de esa
fuerza grupal, sabe que podrán ponerse las cosas muy feas o
difíciles pero tendrá de frente, o al lado según el caso, un
equipo que deberá caer conjuntamente para que no consiga su
objetivo, sea el que sea.
Y si esa fuerza grupal se nota en situaciones adversas, imaginaos cómo de bien podrá trabajar el equipo cuando el ambiente sea además adecuado y estimulante..

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Buen Blog y buen programa! encaja con los que es una gestión documental inteligente (http://www.gestiondocumentalinteligente.com)
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