martes, 12 de junio de 2018

¿Sabías que cada uno de tus documentos tiene un valor específico?

Cada uno de tus documentos tiene un valor cuantificable. En dinero, sí. Muchas organizaciones se preguntan cómo medir el valor de sus documentos. En este artículo presentamos algunos puntos a tener en cuenta para encontrar el verdadero valor de los documentos de una organización.
Muchas veces tendemos a pensar que los documentos son simplemente piezas de papel o ficheros digitales que guardan algún tipo de información. Pero la realidad es que tienen un valor específico.

¿Cómo identificar el valor de los documentos?

No es fácil dar el valor justo a los documentos. Sin embargo, se puede identificar el valor aproximado de los mismos al evaluar los aspectos como:
  • Costes para reproducir el documento
  • Multas asociadas a regulaciones o leyes
  • Responsabilidad por documentos extraviados
  • Exposición en el mercado a partir de la divulgación de documentos
Incluso, si vuestro negocio son los seguros, el valor de un documento podría ser por ejemplo, el de pagar o no un siniestro.

Los documentos son pruebas y, de ahí, que se puedan traducir en valores específicos.

El valor de algunos documentos puede resultar obvio de acuerdo con su naturaleza. Por ejemplo, un documento de marketing, cuyo fin es ser presentado al público, requiere de menos controles de acceso que un documento de ingeniería asociado al diseño de un producto innovador que aún no ha salido al mercado.

En otros casos, es posible que se necesite profundizar más en los documentos. Por ejemplo, en una colección de contratos, puede haber algunos de alto valor que necesiten controles especiales.

¿Qué tiene que ver que un documento sea físico o digital con el valor de los documentos?

El hecho de tratarse de un documento físico o un documento digital también influye en el valor de los documentos. Por ejemplo, un documento físico es más difícil de reproducir. Algunos son realmente muy importantes, y en algunos casos exclusivos, y, por tanto, susceptibles de perderse de forma definitiva.

He oído de casos en los que una compra de una empresa no ha podido llevarse a cabo en la fecha prevista porque se habían extraviado las escrituras de constitución de una de las sociedades, cuando habían volado todos los firmantes a un punto geográfico específico para poder firmar el negocio. Por más ridículo que el ejemplo parezca, pasa en la vida real.

Los documentos electrónicos, por el contrario, son mucho más fáciles de reproducir. Esto ocasiona que se reduzca el riesgo de su pérdida, especialmente con el respaldo adecuado (aunque, desde luego, no están exentos de ser eliminados de forma accidental o intencional).

Los documentos físicos pueden protegerse aplicando controles físicos. Sin embargo, los documentos digitales representan un desafío para la seguridad; con un simple incidente, pueden exponerse miles o millones de datos. En conclusión, los controles para proteger estos documentos se vuelven críticos.

Por ello, las organizaciones deben mantener un equilibrio en los controles de acceso a los documentos en función del valor que este representa, sin importar si se trata de un documento físico o digital. Al final todo pasa por determinar adecuadamente el valor que tiene cada documento para la organización, considerando las consecuencias negativas que pudiera traer el hecho de que un documento determinado resultara alterado, extraviado o desactualizado.

¿Infonomía? ¿Cómo puede contribuir a identificar el valor de los documentos?

En la actualidad, se utiliza el concepto de economía de la información o “infonomía” para hablar de la disciplina que gestiona la información de la misma manera que cualquier otro activo tradicional de las organizaciones (físico, humano, financiero, o de capital).

De esta forma, es posible cuantificar y aprovechar el valor comercial de todo el conjunto de activos de datos que posee la organización. La relación que hay entre este proceso y los documentos es obvia: la especialización en la gestión de la información nos ayuda a conocer el valor concreto de un documento a partir de los datos recogidos en él.

En Athento entendemos el valor de los documentos en las organizaciones, por eso ponemos a la disposición de las empresas la versión demo de nuestro potente gestor documental. Puedes probarlo durante 30 días.


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Un viaje largo e inesperado: cómo ha cambiado la gestión de contenidos empresariales en una década


La gestión de contenido empresarial ha evolucionado considerablemente en los últimos años. Aquí destacamos los aspectos más importantes de esta evolución.
En la última década, la gestión documental y el ECM han evolucionado al mismo ritmo que la tecnología y los procedimientos a nivel mundial. Las necesidades propias de cada organización han contribuido a que la gestión de contenidos empresariales sea un asunto que concierne a toda la empresa. De esta manera, la información es considerada un valioso activo (y debe ser tratada como tal).

A continuación, destacamos los principales cambios que ha experimentado la gestión documental en los últimos 10 años:

La nube

La nube es una realidad; así lo han entendido la mayoría de las organizaciones y, por supuesto, los fabricantes de sistemas de ECM. Estos últimos han desarrollado eficaces soluciones aprovechando todas las ventajas que ofrece esta tecnología.

Según un estudio realizado por MarketsandMarkets, se espera que el tamaño del mercado de la nube ECM crezca de USD 9.77 mil millones en 2017 a USD 34.42 mil millones para el 2022, con una Tasa de Crecimiento Anual Compuesto (en inglés CAGR) del 28.6%.

El almacenamiento de la información ha dejado de ser una tarea exclusiva de las instalaciones locales de las organizaciones. En la actualidad, existen plataformas basadas en la nube que permiten acceder a la información prácticamente desde cualquier sitio.

También existen implementaciones híbridas en las que la responsabilidad de almacenar la información se comparte entre ambientes locales y ambientes en la nube.

Proyectos de gestión documental liderados por negocio, no por IT

En el pasado, los especialistas de IT eran los encargados de definir las necesidades del Sistema de Gestión Documental. Hoy en día, son los usuarios finales los que llevan a cabo esta tarea, basándose en sus propias necesidades.

Así mismo, son ellos los que lideran los proyectos. En los proyectos mejor planteados, incluso existen usuarios finales del software implicados desde el momento 0, ayudando en el levantamiento de requisitos y en las pruebas UAT.

Este cambio, asegura que el software se adapte mejor a las necesidades reales de los usuarios que van a trabajar con la herramienta.

Usabilidad y movilidad

Con el transcurso de los años, que la información sea accesible mediante cualquier dispositivo y desde cualquier lugar ha adquirido crucial relevancia. Esto contrasta con las estrategias del pasado, en las que la movilidad de los datos era prácticamente la última opción a la que se recurría.

El trabajo deslocalizado, la cantidad de dispositivos y aplicaciones móviles, así como la amplia adopción de internet, han sido los impulsores de esta tendencia.

Por otro lado, los desarrolladores de software son cada vez más cuidadosos con el diseño de interfaces de usuario. Si el software no es fácil de usar, habrá una menor adopción de las herramientas.

Seguridad

En materia de seguridad, la tendencia ha llevado a dejar de pensar tanto en la seguridad perimetral para centrarse principalmente en la seguridad individual de la información a través de controles de acceso a carpetas y archivos, utilización de grupos de usuarios y roles. La seguridad perimetral es aquella que se aplica a nivel de la Infraestructura TI con el fin de que ningún intruso pueda vulnerarla, por ejemplo: firewalls,DMZ, etc.

Este cambio, demuestra un entendimiento diferente del valor de la información para los responsables de la tecnología y gestión documental. Estamos hablando de proteger la información no sólo de agentes externos, sino también al interior de las organizaciones.

Análisis de datos

Los documentos y contenidos han pasado de tener valor sólo como activos digitales en sí mismos. La línea divisoria entre los conceptos de Datos y Contenido ha ido desapareciendo progresivamente. Los sistemas de ECM actuales permiten describir los contenidos mediante metadatos, así como tener estructuras taxonómicas para producir y almacenar contenido apto para el procesamiento o la automatización.

Hace algunos años, los archivos eran identificados y organizados a través de criterios manuales vía carpetas (como por ejemplo, el departamento generador de la información). Hoy en día, con el apoyo de los sistemas de Gestión Documental o ECM, se aprovecha el uso de metadatos para clasificar cada archivo como un activo independiente. Algunos de estos metadatos son extraídos de forma automática, provienen de otros sistemas, o se pueden completar de forma manual.

La posibilidad de vincular datos con contenidos, abrió así mismo las puertas para que podamos explotar la información contenida en documentos y activos digitales: búsquedas, informes, control de procesos, etc.
Otro elemento vital para el avance del ECM en este sentido, ha sido la aparición de Big Data. Con el aumento en la cantidad de datos, se requerían tecnologías capaces de procesar grandes cantidades de estos, de modo que fuera posible extraer verdadera información.

El análisis de contenido se ha establecido finalmente como una técnica importante para el descubrimiento de tendencias e indicadores que permitan tomar decisiones acertadas para las organizaciones.

¿Desarrollos o configuración?

Anteriormente, los esfuerzos se centraban en desarrollos alrededor del Sistema de Gestión Documental (basados en las necesidades de los usuarios). Las plataformas ECM eran robustas y con muchas posibilidades, pero adaptarlas a las necesidades de los usuarios requería la intervención de programadores o equipos técnicos. Esto significaba así mismo, mayores costes de proyecto y tener que esperar más tiempo para tener un sistema de gestión documental funcional.

Hoy en día, los usuarios de negocio piden más autonomía: el usuario espera poder configurar sus casos de uso, sin tener que recurrir a desarrollos adicionales.

Esta es una etapa que aún no alcanza su máxima expresión en el mercado del ECM. Posiblemente, porque hacer configurables los sistemas tradicionales de gestión documental es un reto tecnológico dado las limitaciones a nivel de diseño o a nivel de las propias tecnologías como JAVA, que aunque son muy robustas, carecen de la flexibilidad y rapidez de las tecnologías nativas web.

Sin embargo, este es una camino que se está empezando a caminar, y que se espera que no tenga vuelta atrás.

Tamaño de la organización

La Gestión Documental ha dejado de ser un asunto exclusivo de grandes organizaciones. A día de hoy, empresas de cualquier tamaño se introducen con éxito en el campo del ECM. Es posible tener gestión documental por menos de 100 USD al mes. Este es un coste asumible para casi cualquier organización. La nube ha abierto estas posibilidades a las empresas, que pueden pagar de acuerdo a sus necesidades y no un coste de licencia fijo, usualmente, muy elevado.

Conclusión

Como hemos podido observar, la Gestión dDocumental es un campo en constante cambio. Por eso, es de suma importancia contar con una solución que sea fácilmente adaptable, que evolucione rápido y que permita el crecimiento de las organizaciones paralelamente con la evolución de las tendencias y adelantos tecnológicos.

Athento cuenta con un potente Gestor Documental que ofrece una prueba gratuita durante 30 días. Este software ayuda a las organizaciones a alcanzar una adecuada gestión del contenido, alineado con los cambios tecnológicos y listo para el cumplimiento de funciones regulatorias.


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lunes, 4 de junio de 2018

Cómo abordar los nuevos desafíos de Gestión de la Información


Las organizaciones deben prepararse para asumir nuevos desafíos en el manejo de la información, aprovechando las bondades de los sistemas actuales y en conjunto con las nuevas tecnologías de Gestión de la Información.

CMIS En la actualidad, las organizaciones se enfrentan a importantes desafíos en lo que respecta a la interacción de personas, procesos y tecnología con la gestión de la información. Algunos de estos retos son:
  • ¿Cómo adaptar los sistemas de información actuales a la nueva ola de datos masivos?
  • ¿Cómo entender y aprovechar los beneficios de los sistemas actuales para resolver problemas de próxima generación?
  • ¿Cómo evolucionar de forma estratégica de los sistemas de contenidos heredados a otros más modernos sin interrumpir la operatividad de la organización?
  • ¿Cómo ofrecer a nuestros empleados y socios de negocio la información y las herramientas necesarias para complacer a sus clientes?
Uno de los problemas más comunes que afrontan las organizaciones en la construcción de una estrategia de información coherente es la existencia de múltiples repositorios de contenido.

Según datos recopilados por AIIM, el 52% de las organizaciones tienen más de tres ECM (Enterprise Content Management), DM (Document Management) o RM (Records Management), mientras que el 22% tienen al menos cinco sistemas de este tipo.

La llegada de una nueva generación de sistemas de contenido basados en la nube, así como la intención de racionalizar el número de sistemas de contenido, están obligando a las organizaciones a pensar seriamente en estrategias que les permitan actualizar su infraestructura de contenido.

En este sentido, resulta imprescindible que las organizaciones puedan unificar el acceso al contenido y a la información en general. De lo contrario, se mantendrán la existencia de repositorios múltiples, la dificultad para encontrar la información deseada y la inconsistencia en la integridad de los datos de la empresa.

Podemos mirar hacia los desafíos asociados al desarrollo de una estrategia moderna de Gestión de la Información desde tres puntos distintos:

Interoperabilidad

La mayoría de las organizaciones se enfrentan al desafío de hacer que la información se encuentre disponible y sea comprensible desde una amplia variedad de departamentos y unidades.

Para que esto sea posible, es necesario que exista una capa de consolidación y abstracción, donde los sistemas empresariales con múltiples repositorios puedan interactuar de forma armónica, con el objetivo de ofrecer un acceso contextual y curado a la información.

En este sentido, CMIS ha sido un gran avance. Este estándar ha permitido que los sistemas ECM se comuniquen entre sí. Aunque la implementación CMIS no siempre nos brinda toda la potencia necesaria, siempre existe la posibilidad de una integración vía servicios web (APIs).

Por otro lado, también hay que considerar las opciones de agregación de repositorios mediante herramientas que permitan aunar o centralizar las búsquedas de contenido. Para que ello sea posible, sin embargo, normalmente ha de realizarse un esfuerzo de estandarización.

En cualquier caso, es necesario definir una estrategia que permita al mismo tiempo aprovechar los beneficios de los ECM existentes e invertir en nuevas iniciativas enfocadas hacia el cliente, es decir, identificar qué se puede conservar de los ECM actuales para que puedan interactuar con sistemas y plataformas más modernos.

Experiencia del Usuario

En una encuesta realizada por AIIM se determinó que el desafío principal al implementar un ECM es la usabilidad, pues, según el 60% de los encuestados, representa un problema.

En el caso de la encuesta, la mayoría de sistemas ECM se implementaron para solucionar bloqueos concretos causados por una intensa carga documental y voluminosos procesos, y los usuarios eran un grupo reducido de especialistas. En ese contexto, suponía una opción útil que cubría lo necesario. Sin embargo, con el paso del tiempo, fue aumentando el número de usuarios en los sistemas de gestión documental, y se hizo evidente que muchos de estos sistemas presentaban puntos débiles en lo referente a ese aspecto, la usabilidad.

Para mejorar la experiencia del usuario, es importante que las organizaciones entiendan que la usabilidad no es algo abstracto, sino que sucede en un contexto de procesos y flujos de trabajo específicos.

Otra recomendación es siempre incluir desde el momento 0 a los usuarios finales en el proceso de diseño de la solución.

Información antes que documentos o datos aislados

En el pasado hemos observado la gestión de datos y la gestión de contenidos de forma independiente. Sin embargo, en la actualidad, los datos y el contenido se acercan cada vez más, hasta el punto de unificarse en la gestión de la información.

Muchas organizaciones están dándose cuenta de que la Transformación Digital no es un proceso que deba ocurrir de manera repentina, sino que ha de avanzar progresivamente.
Si bien existen procesos de gran envergadura, con millones de documentos y procedimientos, la realidad es que los procesos cotidianos tampoco se quedan atrás en el volumen de información que manejan, por lo tanto, la automatización de estos procesos del día a día debe verse como una condición crítica para la transformación digital en los negocios.

Para poder sacar provecho de estos procesos, los propietarios de los mismos deben tener acceso a la información y los datos que actualmente se mantienen cautivos en los sistemas heredados. Así mismo, deben entender que los nuevos desafíos del negocio, basados en la agilidad, movilidad y experiencia del cliente requieren de tecnologías de gestión de la información más eficientes, por lo cual es imprescindible evolucionar en esta dirección.

En Athento ofrecemos una potente solución de Gestión Documental para apoyar a las empresas en la gestión de la información, puedes probarla de forma gratuita durante 30 días.


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